Las noticias falsas pueden destruir la reputación de una organización y crear una atmósfera de desconfianza general que castigue sus ventas o el respaldo del público. Las víctimas de las fake news deben reaccionar con rapidez para frenar su propagación y minimizar el daño.

Las noticias falsas se difunden a una velocidad de vértigo. Al mismo tiempo que la pandemia del coronavirus, las redes sociales también están sufriendo la primera epidemia de su historia por la extraordinaria proliferación de fake news en torno a esta crisis sanitaria, lo que ha hecho saltar todas las alarmas sobre este peligroso fenómeno que está corroyendo los cimientos de las democracias.
Cuando compartimos bulos que previamente no hemos confirmado estamos contribuyendo a expandir el virus de la desinformación con el consiguiente deterioro de la convivencia o la creación de situaciones que pueden poner en peligro a otras personas, tal como está ocurriendo con falsos remedios para prevenir o combatir la enfermedad que rozan el esperpento.
Por qué existen las noticias falsas
La difusión de las noticias falsas tiene un beneficio económico, ya que alguien gana mucho dinero con los clicks. También se crean noticias falsas para servir a intereses ideológicos y políticos, de manera que influyen en nuestro pensamiento y en acciones futuras a la hora de decidir el voto. Pero casi lo peor de todo es que también pueden generar un daño a sus victimas en algo que cuesta mucho trabajo, dinero y tiempo en recuperar, si acaso no es demasiado tarde: la reputación.
Las noticias falsas, cualquiera que sea el formato, suponen una amenaza real para todo tipo de organizaciones (empresas, partidos políticos, instituciones…). La mayoría se encuentran desprotegidas ante las falsificaciones y, en el caso de las empresas, pueden acarrear pérdidas económicas importantes.
Las fake news que hacen alusión a organizaciones pueden repercutir en su imagen, generando un mal concepto entre el público y provocando una crisis de reputación e incluso financiera. Sedifunden con un ritmo vertiginoso y pueden dar la vuelta al planeta en cuestión de segundos. Además del enorme alcance, el tiempo que duran sus efectos es infinitamente mayor al de una noticia real, un cóctel explosivo que puede hacer saltar por los aires la imagen de la organización que ha sido víctima de una fake news.
Lo primero es saber cuándo estamos ante una noticia falsa. Usuarios insatisfechos que utilicen los medios sociales para el insulto, la exageración o para realizar campañas de acoso y derribo contra una organización y sus representantes no constituyen casos de noticias falsas. Técnicamente, una fake news es información deliberadamente engañosa que se difunde con intención y apariencia de noticia real para que nos la creamos y las viralicemos. Es decir, tiene que ser falsa y parecer real.
¿Y ahora qué hago?
Soy víctima de una noticia falsa. ¿Y ahora qué hago? Lo primero es mantener la calma, y lo segundo, ponerse manos a la obra cuanto antes para contener la propagación del bulo. El silencio no es una opción, de manera que sólo se puede luchar contra la desinformación adoptando una posición activa. La proactividad comienza antes, con la monitorización permanente en redes sociales para poder detectar a tiempo la noticia falsa y frenar su propagación.
Si tú o tu organización sois víctimas de una noticia fake, sigue estas recomendaciones:
- Anticípate. Ten un plan de crisis que te indique cómo actuar y que responda a las siguientes preguntas: ¿qué noticias falsas te podrían afectar? ¿Qué respuesta darías? ¿Qué canales utilizarías? ¿Quién sería el interlocutor?
- Reflexiona y actúa con rapidez. Antes de nada, piensa si la noticia merece una respuesta pública. Si no tiene alcance y apenas la han visto un puñado de personas, la respuesta es “no”. Déjala morir y no seas tú el quien la amplifique. Pero si la respuesta es “si”, la reacción ha de ser inmediata para frenar la propagación del bulo y para que los ciudadanos encuentren la información desmentida en los canales oficiales. El tiempo trabaja en nuestra contra, y una vez que se pierde a alguien por una noticia falsa, es posible que ya nunca se recupere.
- Responde en la misma dirección. A una noticia falsa, que suele ser emocional y visualmente atractiva, no se puede responder con datos fríos y aburridos. Tiene que hacerse con las mismas reglas y el mismo marco mental. Utiliza un lenguaje sencillo y entendible para todo el mundo.
- Cuenta con aliados y humaniza la comunicación. Clientes, trabajadores, afiliados, simpatizantes, líderes de opinión y hasta influencers deben componer un ejército dispuesto a propagar la verdad. Involucra también a los directivos de la empresa realizando desmentidos de las fakes en sus cuentas personales.
- Ponte en contacto con los que difunden la historia. Ofréceles pruebas y datos que avalen tu versión, y pídeles que se retracten. No tienes nada que perder.
- Acude a las autoridades. Las noticias falsas que repercuten en la reputación y en el honor pueden ser constitutivas de delito penado por la ley.
- Sé transparente y trabaja la reputación. Éste es uno de los atributos más reconocibles de una marca y puede hacer que los usuarios desconfíen de la noticia falsa que te está manchando.
- No te rindas. Cuando una noticia falsa gana terreno, estarás luchando contra ella mucho tiempo. Manten a tus colaboradores al día sobre los acontecimientos, cuéntales la verdad, pídeles ayuda, trabaja tus redes sociales… ¡Resiste!
Las noticias falsas son peligrosas por el daño que producen, pero también son muy dolorosas. Para minimizar sus efectos sobre nuestro ánimo, una buena manera de encajar los bulos es con una actitud desapasionada, asumiendo que esa manera de proceder tan corrosiva forma parte de la condición humana.